martes, 3 de mayo de 2011

Without you here




El dolor es una manera de recordar...
Tal día como hoy, podría decir que me arrepiento de haber tomado esa decisión, esa decisión que me ha llevado a la tortura constante, al deseo de acabar con todo...
Necesito gritar, pero la voz se quiebra...Necesito llorar, pero las lágrimas se retractan de sus ansias de aflorar...Necesito abrazarte, pero por algún motivo mis brazos se hallan atados...Te abrazo con el corazón entonces...es el única arma que me queda. Mi alma se aleja de tu recuerdo como las nubes son arrastradas por el viento.
Deja de llorar...

Un frío vacío me invade, creo que por primera vez conozco el miedo real, me encuentro cara a cara con él.
Ahora todo lo que puedo respirar es tu vida, me escondo, no quiero que el mundo me vea, no quiero que vea mi fracaso...lo siento, lo siento...
Sangro, y por lo tanto sé que estoy vivo.
Mi corazón se convierte en piedra, se resquebraja con fuerza y las esquirlas afiladas saltan clavándose con rabia en mis pulmones...me falta el aire.

Veo cómo mi vida se rompe ante mis ojos de manera irremediable...¿Es que nadie me escucha gritar?
Nadie me retira el pelo de la frente cuando caigo sobre el suelo de rodillas, agotado...
¿Pero sabes qué?...Mereció la pena resurgir, resurgir de las cenizas quemadas por la tristeza y la desesperación, mereció la pena romper la tela de araña que el abandono tejió a mi alrededor...

Nadie dijo que fuese a ser fácil...

Tengo que encontrarte, decirte un "te quiero" que te ponga la piel de gallina, susurrarte un "lo siento" porque siento mi traición en lo más oscuro de este corrupto corazón...
Entre estas cuatro paredes sucias, en esta habitación húmeda, oscura...puedo aún, con esfuerzo, distinguir siluetas llorando, sólo pido que no seas tú la que está conmigo en este lúgubre lugar...en esta habitación de las lamentaciones.
En mi mente se dibuja una imagen que me hace sonreír aun cuando las lágrimas caen por mi rostro...Juegas con los niños, como siempre, sin separarte de ellos con una gran sonrisa, esa risa que invade mi corazón como un torrente desbocado, que me ahoga de placer y felicidad, esa risa que puedo escuchar aun estando aquí...Veo esa hermosa espalda que tanto me llama...me resigno a creer que no volveré a acariciar esa desnuda piel, me niego a tener que convencerme de que no volveré a besarla cálidamente...de que no podré volver a hacerla mía. Mis ojos se rompen en lágrimas al pensarlo...
Siento dejarte sola...

Lucho con todas mis fuerzas para tratar de no perder esa esperanza que creo inexistente...eres la luz al final de mi camino.

Si puedes oírme, ángel de alas blancas, brillo de mi vida...no llores...volveré a tí.

3 comentarios:

  1. y cuando vuelvas... ¿sera demasiado tarde? T-T pues seguramente si....

    y la bella espalda que tanto adora ha sido mancillada, lo siento

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  2. La ausencia al menos siempre alberga la esperanza del reencuentro, o el sufrimiento de que nunca se produzca. Es incierta.

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